Libro de los Hechos de los Apóstoles 5,34-42.
De este modo les hablaba, el fariseo y doctor de la ley Gamaliel, a los que perseguían a los apóstoles y a los primeros cristianos en la 1 lectura de hoy: No se metan con esos hombres y déjenlos en paz, porque si lo que ellos intentan hacer viene de los hombres, se destruirá por sí mismo.
Comentario: Vemos cómo estás palabras proféticas de Gamaliel pronunciadas poco después de que Jesús ascendió al cielo junto al Padre están más vigentes que nunca luego de XXI siglos de cristianismo. Ellas mismas testifican la procedencia divina de Jesucristo cuando comprobamos que el cristianismo impulsado por la guia del Espíritu Santo y el poder de la Eucaristía no ha sido vencido en ningún momento de la historia de la humanidad incluso en regímenes totalitarios donde ha sido prohibido; incluso allí siempre ha habido un grupo fiel que ha permanecido firme en la fe a costa de perder su propia vida caso de ser descubiertos. La persecución no ha cesado, aunque a los medios de comunicación occidentales no les interese destapar mucho este asunto e incluso haya algunos que se burlen a diario en sus mismos programas de los que practican la fe cristiana ridiculizándolos. Algo que se enmarca dentro de una lógica, pues tienen que obedecer y servir a la mano que les da de comer, es decir, a sus patrocinadores multimillonarios con sus agencias de noticias, y sus objetivos, entre ellos acabar con el cristianismo única fuerza real opositora a su ideología delirante de crear un gobierno global (agenda 2030), con una religión relativista, donde él hedonismo, el servilismo, y la ideología de la muerte, junto a la desaparición de la propiedad privada sean el pan suyo de cada día.
Como decía, la persecución contra el cristiano no ha cesado nunca y, cada vez, se acerca más a occidente, aunque de manera menos visible y sangrienta que en la India, Pakistán, algunos países árabes y africanos, o regímenes comunistas. En occidente y de modo particular en España, la represión la ejerce, la censura en redes sociales y el gobierno promulgando leyes que suprimen la libertad de conciencia para los profesionales de la medicina y la libertad de expresión para el conjunto de la sociedad, con multas y pena de cárcel, para aquellos que, públicamente, muestren su disconformidad con los dogmas del modernismo, incluso aunque estos, los disidentes, se sirvan de la ciencia, de la evidencia y del sentido común.
Sentido común que, por cierto, parece hemos perdido, como el mismo Juez de Menores Emilio Calatayud pone tantas veces de relieve en sus escritos, charlas y entrevistas.
Estamos en un momento crítico para la libertad de expresión y no podemos permanecer callados, como tampoco lo estuvieron los primeros cristianos, porque la verdad, como dice la misma Palabra, no se puede ocultar como la luz bajo la cama, sino que debe estar en lo más alto, para alumbrar y dar vida a todos los de la casa, en este caso, el pueblo de Dios.
Las palabras de Gamaliel concluyeron así ante sus correligionarios los fariseos, en la lectura que hoy seguimos: pero si verdaderamente viene de Dios, (la evangelización de los apóstoles) ustedes no podrán destruirlos y correrán el riesgo de embarcarse en una lucha contra Dios».
https://evangeliodeldia.org/SP/gospel/2022-04-29