Feria de tiempo de Navidad (5 ene.)
El Evangelio del día
Evangelio según San Juan 1,43-51.
Jesús resolvió partir hacia Galilea. Encontró a Felipe y le dijo: «Sígueme».
Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.
Felipe encontró a Natanael y le dijo: «Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret».
Natanael le preguntó: «¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?». «Ven y verás», le dijo Felipe.
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez».
«¿De dónde me conoces?», le preguntó Natanael. Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera».
Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel».
Jesús continuó: «Porque te dije: ‘Te vi debajo de la higuera’, crees . Verás cosas más grandes todavía».
Y agregó: «Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»

Comentario: San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia

La Trinidad XV, XXVIII,51
Dame la fuerza de buscarte!
Señor Dios nuestro, en ti creemos, Padre, Hijo y Espíritu Santo. (…)
Te he buscado
en cuanto me ha sido posible,
en cuanto tú me has hecho capaz,
y he tratado de comprender con la razón lo que creía con la fe;
mucho he discutido y mucho me he esforzado.
Señor y Dios mío, mi única esperanza,
óyeme para que no sucumba al desaliento y deje de buscarte;
ansíe siempre tu rostro con ardor.
Dame la fuerza de buscarte,
tú que te dejas encontrar
y que me has dado la esperanza de poder encontrarte cada vez más.
Ante ti está mi fuerza y mi debilidad;
conserva aquélla, sana ésta.
Ante ti está mi saber y mi ignorancia.
Allí donde tú me has abierto, acoge a quien entra;
allí donde has cerrado, abre a quien llama.
Haz que me acuerde siempre de ti,
te comprenda,
te ame.

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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