19 Agosto

Lunes de la 20a semana del Tiempo Ordinario
El Evangelio del día
Evangelio según San Mateo 19,16-22.
Luego se le acercó un hombre y le preguntó: «Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?».
Jesús le dijo: «¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos».
«¿Cuáles?», preguntó el hombre. Jesús le respondió: «No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,
honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo».
El joven dijo: «Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?».
«Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme».
Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.

Comentario: Venerable Madeleine Delbrêl (1904-1964)
laica, misionera en la ciudad.

Comunidades según el Evangelio. Comunidades evangélicas para nuestro tiempo (Communautés selon l’Évangile, Seuil, 1973)
Rupturas del cristiano y de la Iglesia
Las rupturas necesarias de la Iglesia y de un cristiano, rupturas necesarias con el mundo para salvar al mundo y rupturas necesarias para que la Iglesia esté en camino, deben estar bien ubicadas donde deben y son fundamentales. Es importante que tomemos conciencia de las rupturas, las rupturas cristianas, ya que sin ellas un cristiano no es cristiano. No podemos devenir carne y sangre de la Iglesia por el bautismo, ser la carne y la sangre de su cuerpo, del cuerpo de Cristo, sin que haya rupturas entre el mundo y nosotros. Por esas rupturas devenimos aptos para participar en la redención de Cristo. “Al mismo tiempo que la Iglesia toma más fuertemente conciencia de ciertas exigencias interiores, es solicitada más fuertemente para las necesidades del mundo al que es destinada”, dice Pablo VI. Igualmente, porque estamos bautizados y hemos recibido al Espíritu Santo, es él que trabaja en nosotros y nos entrena en el camino que imprime a la Iglesia. Sin embargo, todo lo que se moviliza puede producir una ruptura. Podemos decir que la libertad elemental, esencial a los hijos de Dios, posee el riesgo de las rupturas. Pero, una ruptura sólo es cristiana si es motivada por la unión a Cristo y la participación a la obra de Cristo. No se produce una ruptura por la ruptura en sí. Sino que el cuerpo entero, toda la Iglesia de Cristo necesita de esas rupturas fundamentales. (…) Son rupturas que deben hacernos libres para pertenecer única y definitivamente a Jesucristo. Son rupturas que deben, con la gracia de Cristo, darnos la libertad de tratar de vivir una vida plena de caridad, según el Evangelio. Son rupturas que deben darnos la libertad de estar disponibles a su voluntad, en lo más íntimo de la Iglesia.

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Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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