Evangelio según San Mateo (22, 34-40)

34 Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron con Él,
35 y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
36 «Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?».
37 Jesús le respondió: «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
38 Este es el más grande y el primer mandamiento.
39 El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
40 De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas».

Comentario: Beato Juan Van Ruysbroeck (1293-1381), canónigo regular
Los siete modos del amor espiritual El primer modo de canto celeste es el amor a Dios y al prójimo. El Padre nos envió a su Hijo para enseñárnoslo. El que no conoce ese modo, no puede entrar en el coro celeste, ya que no tiene ni el conocimiento ni el ornamento y deberá vivir eternamente afuera. (…) Amar a Dios y al prójimo en vista de Dios, a causa de Dios y en Dios, he aquí en efecto, lo más sublime y alegre que puede ser cantado en el cielo y la tierra. El arte y la ciencia de este canto son dados por el Espíritu Santo. Cristo, nuestro solista y director de coro, ha cantado desde el inicio y nos entonará eternamente el cántico de fidelidad y amor sin fin. Después, nosotros, también cantaremos con toda nuestra fuerza, tanto aquí abajo como en medio del coro de la gloria de Dios. Así, el amor verdadero y sin fingimientos, es el canto común que tienen todos que conocer para ser parte del coro de los ángeles y santos en el Reino de Dios. El amor es raíz y causa de todas las virtudes interiores y ornamento y verdadero atavío de las buenas obras exteriores. Vive de sí mismo y es su propia recompensa. No puede equivocarse en su acción porque fuimos precedidos y superados por Cristo, que nos ha enseñado el amor y que vivió en el amor con los suyos. Debemos entonces imitarlo, para ser salvados y bienaventurados con él. Tal es el primer modo del canto celeste, que la sabiduría de Dios enseña por medio del Espíritu Santo a todos sus discípulos obedientes.

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Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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