33er domingo del Tiempo Ordinario
El Evangelio del día
Evangelio según San Lucas 21,5-19.
Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo:
«De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido».
Ellos le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?».
Jesús respondió: «Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: ‘Soy yo’, y también: ‘El tiempo está cerca’. No los sigan.
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin».
Después les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino.
Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo.»
Pero antes de todo eso, los detendrán, los perseguirán, los entregarán a las sinagogas y serán encarcelados; los llevarán ante reyes y gobernadores a causa de mi Nombre,
y esto les sucederá para que puedan dar testimonio de mí.
Tengan bien presente que no deberán preparar su defensa,
porque yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir.
Serán entregados hasta por sus propios padres y hermanos, por sus parientes y amigos; y a muchos de ustedes los matarán.
Serán odiados por todos a causa de mi Nombre.
Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza.
Gracias a la constancia salvarán sus vidas.»

San Teodoro el Estudita (759-826)
monje en Constantinopla

¡Veneren sólo al Dios vivo!
            “¡Alégrense sin cesar en el Señor!” (Flp 4,4). ¿Por qué no están llenos de alegría y caminan en la alegría? Ustedes fueron jugados dignos de ser atraídos a este estado evangélico por un llamado que discierne y predestina (cf. Rom 8,29-30), llamado de Dios que gobierna todo por su sabiduría.

            Ahora, que por la elevación de su género de vida he aquí que están sobre una altura, vuelvan su mirada hacia la vida miserable y rampante de los hombres. Ella está como sacudida por el mar, proyectada acá y allá por el movimiento incierto de asuntos. En verdad, nada dura, nada permanece  en el mismo estado, lo ven bien. Mismo los reyes pasan, los príncipes caen, los poderosos dueños de la tierra mueren como simples mortales (cf. Sal 81,7), los que están casados se separan abandonando a su pareja o siendo abandonados. La belleza se marchita pronto, la juventud es efímera, el placer fugaz, la riqueza se disipa como el sueño de una sombra. Sólo se encuentran lamentaciones y duelo en las adversidades de los mortales. (…) Pero ustedes mis hermanos, ¿cómo y dónde fueron llamados, cómo subieron a la montaña del Señor (cf. Sal 23,3)? ¿Cómo contemplan las maravillas de la vida celestial? (…)

            Quiera Dios, que los hizo ascender a esas alturas, hacerlos fuertes y afirmarlos para que realicen siempre lo que le agrada, en la santidad y la justicia (cf. Lc 1,75) (…). ¡Hijos míos, veneren sólo  al Dios vivo! (cf. 12,5 ; Apo 14,7)

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Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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