Lunes de la 34a semana del Tiempo Ordinario
El Evangelio del día
Evangelio según San Lucas 21,1-4.
Levantando los ojos, Jesús vio a unos ricos que ponían sus ofrendas en el tesoro del Templo.
Vio también a una viuda de condición muy humilde, que ponía dos pequeñas monedas de cobre,
y dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha dado más que nadie.
Porque todos los demás dieron como ofrenda algo de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que tenía para vivir.»

Santa Teresa de Calcuta (1910-1997)
fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad

A Simple Path (Un camino sencillo)
“Todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia”
Hay que dar lo que os cuesta algo. No es suficiente dar de lo que os sobra, de lo que podéis prescindir, sino también de lo que no queréis prescindir, cosas a las que estáis apegados. Entonces, vuestra ofrenda se convierte en un sacrificio agradable a los ojos de Dios… Esto es lo que yo llamo el amor en acción. Cada día voy viendo crecer este amor, entre niños, entre hombres y mujeres.

Un día bajaba yo por la calle; un mendigo se me acercó y me dijo: “Madre Teresa, todo el mundo te regala cosas; yo también te quiero dar una cosa. Hoy no he recibido más que veintinueve céntimos para toda la jornada y te los quiero dar.” Reflexioné un momento: si acepto estos céntimos, que prácticamente no valen nada, el pobre se expone a no tener nada para comer esta noche, y si no los acepto, le daré pena. Entonces, alargué la mano y cogí las monedas. Nunca en la vida vi tanta alegría en el rostro de una persona como en aquel hombre, tan feliz de haber podido hacer un regalo a la Madre Teresa. Era para él un sacrificio enorme, él que mendigaba todo el día bajo el sol para esta cantidad irrisoria con la que no se podía comprar nada. Pero era maravilloso también, porque estas monedas de nada, a las que había renunciado se convirtieron en una fortuna porque fueron dadas con tanto amor.

Avatar de Desconocido

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

Puedes dejar tu opinión sobre esta entrada