Gracias Señor porque en la segunda lectura de este Domingo -festividad de la Santísima Trinidad- una vez más, Tú nos das la promesa en la esperanza. Y de este modo conocemos que nuestra lucha, nuestro esfuerzo, nuestra fidelidad, en tu amor, será recompensado. Así es, pues ya, de un modo u otro, Tú nos haces experimentar las primicias de ese Amor=Gozo. Gracias Señor, porque la Esperanza permanece firme, en todo lo alto, sabiendo además, como nos reveló San Pablo en otra de sus Cartas, que las tribulaciones de este mundo no son nada en comparación con la retribución que espera a los que te aman, a los que te amamos, una vez hayamos partido de este destierro. que es, como sabemos, el mundo material. ¡Bendito seas Señor por confirmarnos, un día más, en la fe; por henchir nuestro corazón de tu amor -de tu amor inconmensurable de Padre- ante la insignificancia de nuestras pobrezas y limitaciones! ¡A tí y solo a tí sea la gloria!