«No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante». Con estas palabras del Evangelio de hoy, se pone de manifiesto la delicadeza de Jesús: no quebrará lo que ya fue torcido por el pecado personal o por el pecado y la ignominia de otros sobre el débil, sino que, muy por el contrario, el Señor lo restaurará para mayor Gloria de su Nombre y asombro de incrédulos. «No apagará, de igual modo, la mecha humeante» la cual fue sofocada cuando aún daba luz, por los vientos de la cultura actual dominante, enemiga de Dios y del hombre, sino que Él mismo se encargará de prenderla de nuevo para que brille con más luz en ella la sabiduría y el poder de Dios, de tal modo que por esa luz quede al descubierto el engaño del enemigo que busca con denuedo que nos mantengamos esclavos de las pasiones, por un lado y por otro, que estemos divididos y en guerra permanente, especialmente la familia a causa del feminismo militante, la lucha generacional y la ideología de género.
«No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas». De esta manera, serán sus obras y su amor, los que irán por delante de Jesús tronando su majestad; que es la misma gloria del Padre. Así, sin aspavientos, sin alardes, sin atemorizar con gritos, irá preparando los caminos y senderos para que otros, en su Nombre, sean testigos fieles por todo el universo de que el hijo de Dios pasó por este mundo haciendo el bien, sanando a todos y dando su vida, para rescatar y salvar a aquellos que en Él crean para Vida Eterna.
Este es Jesús, el cordero de Dios, humilde, manso y compasivo que conducirá finalmente a las naciones a su justicia y será así como la esperanza se instalará de nuevo en los corazones.
No sabemos cómo lo hará Lo que si sabemos algunos es que el hombre solo endereza el camino cuando está con la soga al cuello. Mientras tanto, hoy por hoy, sigue sin querer reconocer que la mayoría de sus males son consecuencia de su desobediencia a Dios, de su pecado, y de su orgullo que siempre encuentra un chivo expiatorio para explicar sus desgracias. https://evangeliodeldia.org/SP/gospel/2022-07-16