Los tiempos no han cambiado, porque el corazón del hombre tampoco cambia y su debilidad y su falta de compromiso con el evangelio le conduce una y otra vez al pecado cuando no al vicio y a la perversión. Luego, cuando la cosa se le tuerce o alguien le predica buscan un signo, como piden a Jesús los fariseos en el Evangelio de hoy, sin darse cuenta que la señal de Dios entre ellos era el mismo Jesús en persona. Hoy Jesús, sigue igualmente vivo entre nosotros, la señal más importante es su Iglesia pese a sus defectos (también hubo un Judas entre los apóstoles), más de 2000 años sin que nadie la haya podido destruir, y acogiendo y atendiendo en todos esos años a los más débiles (niños de la calle, centros de rehabilitación de todo tipo, vida comunitaria, sacramentos, centenares de ateos convertidos cada año, y un largo etc, que no sale a la luz porque los medios sólo buscan el morbo u otros intereses aún más oscuros). No sólo tenemos un signo entre nosotros, como en otras épocas, sino que la degradación del hombre y su ambición ha llegado tan lejos como en las ciudades de Ninive y Sodoma. De esta manera, hoy pende de la humanidad o una buena parte de ella, como ya dimos a entender ayer una gran desgracia, la posibilidad de un conflicto bélico que se puede extender por toda Europa, antesala de una tercera guerra mundial. Aunque alguno pueda pensar que soy alarmista, no es así, porque como también acabo de decir, el corazón del hombre no ha cambiado, y en lugar de seguir el ejemplo de Ninive, nos adentramos cada vez más en el pecado como Sodoma, buscando siempre un chivo expiatorio para no dar nuestro brazo a torcer y aceptar que la solución es la conversión y Jesús como la cabeza del cuerpo de la Iglesia. ¿Hasta cuando, pues, seguiremos buscando culpables para no cambiar y entregarle el corazón a Cristo? ¿Será necesario que sigamos propiciando, con nuestra desobediencia y ambiciones desmedidas más catástrofes a la humanidad?
Pues sí, nos hemos vuelto fríos como esos ídolos de madera, barro y bronce que tienen ojos y no ven, y oído y no oyen. ¿Hasta cuando…? No esperes a que sea demasiado tarde para tí y los tuyos.
https://evangeliodeldia.org/SP/gospel/2022-07-18
Feliz comienzo de semana, Paz y Bien