«Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del Infierno no prevalecerá contra ella

Con estás palabras del Evangelio de hoy Jesús quiere que todos los cristianos permanezcan unidos bajo la guía de uno de sus apóstoles -de Pedro en particular- al cual, a su vez, le concede el poder para decidir sobre el gobierno de ésta su Iglesia, de tal modo que, algunas de sus decisiones son admitidas en el mismo cielo con carácter irrevocable ya que Jesús así lo ha dispuesto por deseo explícito de su voluntad, delegando en Pedro su misma autoridad cuando dice: «Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo».
De este modo la Iglesia, con el sucesor de Pedro a la cabeza, se ha ido perpetuando a través de la historia, cumpliéndose así también la profecía que Jesús lanza en este mismo evangelio cuando dice: «y el poder del Infierno no prevalecerá contra ella
Dios, ha querido cimentar la asamblea de sus fieles (que es lo que significa Iglesia) en un hombre pecador y poco instruido para que de algún modo veamos también el poder de Dios en ella, es decir la acción del Espíritu Santo en la misma, especialmente en este hombre débil, al cual Inspiró desde un principio para darle a conocer que estaba delante del Mesías, delante del enviado de Dios, su hijo unigénito.
Dios se sirve de nuevo de lo débil, como ya pasara en el antiguo testamento con sus profetas y Reyes, para de este modo dar a conocer a su propio pueblo, pero también al resto de naciones, que este Dios y ésta Iglesia, no es un invento de hombres sabios y fuertes como puede suceder con cualquier otra institución terrenal y religiosa que se precie, sino que emana directamente de su decisión personal, para establecer una alianza con sus seguidores (lo cual quiere decir que es de mutuo acuerdo) y de este modo llevarlos a su Reino. Reino que no tiene fin, reino de amor, paz y justicia para todo el que se acoge a él, Reino de gloria al que ningún otro poder derribará por mucho que algunos lo intenten, porque este Goliat tiene los pies de barro, mientras que el Dios al cual quiere derribar (con todas sus doctrinas erráticas) es el mismo Dios que dió forma y consistencia a ese barro, porque como dice la Palabra en el Génesis: «Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás». Esta es la paga del pecado cuando no nos acogemos a la redención de Cristo, y ésta por medio de su Iglesia -su cuerpo- también considerada su Esposa, aquí en la tierra.

El mal avanza pero, no debemos estar tristes por ello, ya que, cuánto más avance este, más se aproxima también el día de nuestra liberación definitiva y el triunfo de Dios sobre todo mal.

https://evangeliodeldia.org/SP/gospel/2022-08-04

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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