Introducción: Hay que entender este evangelio dentro de su contesto histórico. En el fondo lo que viene a decirnos es que «Solo hacer el bien a los ojos de Dios, es lo normal, porque para amar y por amor fuimos creados. La vida es un regalo, no nos la dimos a nosotros mismos y por esto, también, hemos de dar cuentas de la misma a aquel que nos la ha confiado.

Martes de la 32ª semana del Tiempo Ordinario
El Evangelio del día
Evangelio según San Lucas 17,7-10.
El Señor dijó:
«Supongamos que uno de ustedes tiene un servidor para arar o cuidar el ganado. Cuando este regresa del campo, ¿acaso le dirá: ‘Ven pronto y siéntate a la mesa’?
¿No le dirá más bien: ‘Prepárame la cena y recógete la túnica para servirme hasta que yo haya comido y bebido, y tú comerás y beberás después’?
¿Deberá mostrarse agradecido con el servidor porque hizo lo que se le mandó?
Así también ustedes, cuando hayan hecho todo lo que se les mande, digan: ‘Somos simples servidores, no hemos hecho más que cumplir con nuestro deber’.»

Comentario: San Agustín (354-430)
obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia

Sermón sobre el evangelio de Juan, 14,5; CCL 36, 143-144
«El humilde servicio»
Antes de la venida del Señor, los hombres buscaban la gloria en sí mismos. Ha venido como hombre para reducir la gloria terrena y aumentar la gloria de Dios. Ha venido sin pecado y nos ha encontrado a todos hundidos en el pecado. Si el Señor ha venido para perdonar los pecados, quiere poner de manifiesto que Dios es magnánimo; toca pues al hombre reconocer esta magnanimidad. Porque la humildad del hombre consiste en su gratitud y la grandeza de Dios se manifiesta en su misericordia. Si, pues, ha venido para perdonar al hombre sus pecados, toca al hombre reconocer su pequeñez y darse cuenta de la misericordia de Dios. “Él tiene que crecer y yo tengo que menguar” (Jn 3,30) Es decir: Que él me dé y yo reciba. Es justo que la gloria sea del Señor y yo la reconozca en él; que el hombre reconozca dónde está su lugar, reconozca a Dios y comprenda lo que dice el apóstol al hombre soberbio y orgulloso que pretende ensalzarse: “¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido ¿por qué presumes como si no lo hubieras recibido?” (1Cor 4,7) El hombre que considera suyo lo que no le pertenece, comprenda, pues, que lo ha recibido y que se humille, porque le conviene que Dios sea glorificado en él. Que el hombre se considere cada vez menos importante para que Dios sea glorificado en él...

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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