Buenos dias nos de Dios. Siempre estamos a tiempo, por muy graves que sean nuestros pecados, de volver a Dios y refugiarnos en su Divina misericordia. La comprensión, la paciencia y la compasión que en ocasiones no tenemos ni para con nosotros mismos, Dios la tiene. Él sabe de nuestra debilidad e insignificancia, todos los poderosos han caido en la fosa, al igual que el resto. Sólo Jesús ha resucitado para la Vida Eterna y en sus manos esta el Juicio y la Misericordia para que nosotros la podamos alcanzar tambien junto a Él.
Salmo 34(33),17-18.19-20.21.23.
El Señor rechaza a los que hacen el mal
para borrar su recuerdo de la tierra.
Cuando ellos claman, el Señor los escucha
y los libra de todas sus angustias.
El Señor está cerca del que sufre
y salva a los que están abatidos.
El justo padece muchos males,
pero el Señor lo libra de ellos.
El cuida todos sus huesos,
no se quebrará ni uno solo.
Pero el Señor rescata a sus servidores,
y los que se refugian en El no serán castigados.
Evangelio según San Juan 7,1-2.10.25-30
Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo.
Se acercaba la fiesta judía de las Chozas.
Sin embargo, cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también él subió, pero en secreto, sin hacerse ver.
Algunos de Jerusalén decían: «¿No es este aquel a quien querían matar?
¡Y miren cómo habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías?
Pero nosotros sabemos de dónde es este; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es».
Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: «¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy? Sin embargo, yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.
Yo sí lo conozco, porque vengo de él y es él el que me envió».
Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre él, porque todavía no había llegado su hora.
Comentario:
Orígenes (c. 185-253)
presbítero y teólogo
Comentarios sobre San Juan 19,12; PG 14, 548
“Nadie le puso la mano encima porque no había llegado su hora.”
Muchas veces, buscar a Jesús es un bien porque es la misma cosa que buscar la Palabra, la verdad y la sabiduría. Pero, me diréis, que las palabras “buscar a Jesús” son a veces pronunciadas a propósito de aquellos que le persiguen. Por ejemplo: “Buscaron una ocasión para prender a Jesús, pero nadie le puso la mano encima porque no había llegado su hora.”… Jesús sabe de quien se tiene que alejar y con quien puede permanecer sin ser descubierto todavía, para que quien lo busque lo encuentre en el tiempo favorable. El apóstol Pablo dice a los que no poseen todavía a Jesús y no lo han contemplado: “No digas en tu corazón: “ ¿Quien subirá al cielo? ¡Atiende! Para hacer descender a Cristo. ¿Quién descenderá al abismo? ¡Atiende! Para hacer subir a Cristo de entre los muertos. ¿Qué dicen las Escrituras? “La palabra está cerca de ti la tienes en tu boca, la tienes en el corazón.” (cf Rm 10,6-8) Cuando el Señor dice, empujado por el amor a los hombres: “Me
buscaréis.” (cfJn 8,21) da a entender las cosas del Reino de Dios. Para que los que le buscan no lo busquen fuera de ellos mismo diciendo: -Aquí está- o bien, -éstá allí-. El evangelio les dice: “El reino de Dios está dentro de vosotros.” (Lc 17,21) Mientras guardamos la semilla de la verdad depositada en nuestra alma, y los mandamientos, la Palabra no se alejará de nosotros. Pero si el mal se extiende en nosotros y nos corrompe, entonces Jesús nos dirá: “Me voy, y me buscaréis y moriréis por vuestro pecado.”