Cuenta una historia que dos amigos iban caminando por el desierto. En algún punto del viaje comenzaron a discutir, y un amigo le dio una bofetada al otro. Lastimado, pero sin decir nada, escribía en la arena:
«Mi mejor amigo me dio hoy una bofetada.»
Siguieron caminando hasta que encontraron un oasis, donde decidieron bañarse. El amigo que había sido abofeteado comenzó a ahogarse, pero su amigo lo salva. Al recuperarse tomó un cincel y escribió en una piedra: «HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA». El amigo que había abofeteado y salvado a su mejor amigo pregunta:
«¿Por qué después de que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?» Sonriendo, el otro amigo respondió: «Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y desaparecerlo. Por otro lado, cuando alguien hace algo bueno por nosotros, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón, donde ningún viento del mundo podrá borrarlo».
Por tanto, no olvides dos cosas:
Primero, «QUE LA NECESIDAD MÁS IMPORTANTE DE CUALQUIER PERSONA, ES SENTIRSE RECONOCIDA EN LO QUE ES». Y, después, «DEBES APRENDER A ESCRIBIR TUS HERIDAS EN LA ARENA Y GRABAR EN PIEDRA TUS VENTURAS». Sino te convences, aún, mira a Jesús en la cruz; injuriado, herido, desangrado y abandonado, hasta por los suyos, que pronunció estas palabras segundos antes de morir: «PADRE PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN»
Autor desconocido.