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Hoy la Iglesia celebra la memoria de los Santos Mártires, conocida también por los Santos Inocentes.
De la lectura de hoy podemos entresacar varias enseñanzas: de las cuales, algunas, tenemos conocimiento de días anteriores: la primera, es que el plan de Dios, para redimir al hombre de la muerte y de la esclavitud del pecado predicho por los profetas siglos antes, se va cumpliendo. Así se deduce de los acontecimientos que se relatan en este evangelio. Y en segundo lugar vemos igualmente como José sigue manteniendo su fidelidad al Señor; es ese varón constante, dócil y obediente, que no se deja llevar por la euforia y el sentimentalismo de un momento, tampoco se deja llevar de la pereza o comodidad, es decir, sale de su área de confort sin intentar persuadir a Dios con razonamientos que pudiesen justificarle para permanecer en su patria. De este modo volvemos a encontrarnos con la Familia de Nazaret -que sin buscar privilegios para su hijo y para ellos- como una familia más, entre los desheredados de la tierra, emigra hacia lo desconocido. Y finalmente podemos sacar como conclusión, que el enemigo, el Diablo, a través de nuestras más abyectas pasiones trata siempre de oponerse al plan de Dios -en este caso por medio de Herodes- de que Jesús se convirtiese en un líder que le arrebatase el poder con el paso del tiempo. Y para ello no duda en atentar contra la vida de miles de inocentes, algo muy parecido a lo que sucede hoy, porque el enemigo del alma sigue usando las mismas armas (el egoísmo y individualismo, entre otras bajezas humanas) para deshacerse de tanto mártires inocentes como millones de niños abortados se pueden contabilizar hasta la fecha.
Oración: Señor, en el día de hoy te pedimos fortaleza, fe y constancia como S. José huyendo de autoengaños y justificaciones. Y por otro lado entender, que cuanto más te busquemos, cuanto más profundicemos en ser tus fieles servidores, más oposición vamos a tener de parte del Enemigo: bien, con ataques directos o bien, indirectamente, a través de la fragilidad de otras personas, ya sea por sus pasiones desordenadas o por sus heridas afectivas y emocionales.