*Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios.*
En el evangelio de hoy vemos nuevamente como los fariseos siguen buscando un pretexto, una escusa para acusar a Jesús de algo y de esta manera eliminar un testigo de cargo que no les ponga un espejo delante ante el cual quede al descubierto su doblez de corazón, su conciencia.
La Palabra de verdad y de vida de Jesús, junto a sus obras muestran una evidencia; cuando menos, que Dios está en él y que está habitado por El Espíritu Santo, por eso dice también en Juan 10, 38: *aunque a mí no me creáis, creed las obras; para que sepáis y entendáis que el Padre está en mí y yo en el Padre*
De esta manera Jesús les dice a los fariseos que lo estaban acusando de que su poder venía del diablo, que ese pecado era imperdonable, porque era como negar directamente la acción del Espíritu Santo en él, y atribuir en cambio, torticéramente, un poder al Diablo que no tiene, porque su pensamiento solo radica en oponerse a Dios y destruir al hombre con obras de maldad.
*Enseñanza:* hoy con este evangelio Jesús nos está llamando a la sinceridad de corazón, a reconocer su acción en los hombres que él santifica, en su misma Palabra y en las obras de su creación, y a no buscar, por el contrario, argumentos que nieguen la evidencia de su acción y lo que es peor aún, que atribuya estos a intereses que contradigan su bondad.
De este modo, es mejor ante Dios reconocer nuestra pobreza espiritual, nuestras debilidad para obrar el bien, e incluso nuestras dudas, que llamar a lo que procede del Diablo bueno, y a lo que procede de Dios malo, como sucede en la cultura actual.
*Oración:* Señor te doy gracias por un día más de vida y por tu amor por mí, no quiero ser yo, a causa de mi pecado, el que niegue la bondad de tu corazón, de tu Palabra, de tu Sabiduría; y la obra del Espíritu Santo en muchos de mis hermanos. De esta manera, que yo como el ladrón ante la cruz, reconozca mi delito y tú poder; mi imposibilidad de caminar hacia mi encuentro contigo sin la asistencia de tu Santo Espíritu. Por eso hoy Jesús yo te reconozco y declaró por tu obrar en mí, que eres Dios verdadero; el Dios que necesita el mundo y el hombre, para caminar no en sombra de tristeza y muerte, sino de salvación, poder, sabiduría y bondad. Señor, yo como el ciego del camino y como la mujer pecadora, se que me has abierto los ojos y me has devuelto a la vida. ¡Bendito y alabado seas por siempre mi Señor Jesucristo, a tí toda la gloria la honra, la sabiduría y el poder, porque tú ya has vencido!
https://evangeliodeldia.org/SP/gospel/2022-01-24
