Muchos de los primeros serán los últimos y los últimos serán los primeros

En demasiadas ocasiones las exigencias del Evangelio nos frenan y hacen que desistamos en el seguimiento a Jesús o que nos entreguemos a medias. Sin embargo no debería ser así, porque tanto la lectura de ayer como la de hoy nos llaman a la esperanza y a una recompensa abundante, ya incluso en esta vida, para aquellos que anteponen cualquier cosa a la Palabra de Dios o a su llamado para una misión específica.

De esta manera Jesús ayer nos decía que él hace posible en nosotros, lo que a nuestra voluntad y entendimiento -en principio- nos puede resultar imposible. Y hoy, nuevamente vemos como también, nos alienta a dejar el miedo y los prejuicios de lado, ya que él no quita nada, sino que, por el contrario, da copiosamente -ya en este mundo- todo aquello que en principio tememos perder; es decir, amigos, familia, bienes, etc., sin hablar de la recompensa mayor, aquella que no tiene fin, que es la recompensa del Paraíso Eterno en la visión constante de Dios que es el gozo permanente junto con todos los elegidos.

Pero como sabemos el Reino de Dios tiene sus detractores y enemigos, y como Dios hizo al hombre a su semejanza, es decir libre, también Jesús nos advierte de que sufriremos ataques, e incluso en algunos casos persecución, a causa de este mismo seguimiento. En cualquier caso la recompensa siempre es mucho mayor, como se puede esperar de un Dios infinitamente bueno, y de esta manera, los que ahora parecen triunfar sin dueño y señor, sin Dios, luego serán los últimos, y ahora, los humildes, sencillos, los pacíficos, los compasivos, los que no están atados por el reloj, los disponibles a trabajar por el Reino de los Cielos, serán los primeros.

Oración: buenos días Padre amado, gracias por éste nuevo día, en el cual renuevas gozosamente nuestras esperanzas por medio de las palabras de tú hijo. Hoy Señor quiero testificar que tus palabras son ciertas y verdaderas porque muchas de las cosas que yo veía imposible y temía perder antes de entregarme a ti, ahora se han convertido en minucias. De esta manera, por lo que acabo de comentar, os invito a perder los miedos porque la recompensa, sobre todo la vida de la gracia, siempre es mayor y, finalmente, merece el esfuerzo.

Gracias Señor por esta cena copiosa y abundante que preparas y pones frente a nuestros enemigos. ¡Te amo Señor, pero aún no lo suficiente, sígueme enamorando…!

https://evangeliodeldia.org/SP/gospel/2022-03-01

Buenos días hermanos, que los afanes de la vida, no nos impidan mirar al cielo, porque del cielo nos llega la abundancia.

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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