Del Evangelio de hoy, que relata la curación de un paralítico por Jesús, se pueden extraer varías lecciones, la primera de ellas -no siendo la primera vez que aparece en las escrituras- es que hay una correlación extrecha, causa efecto, entre el pecado y los males que padecemos, visión que dista mucho de la del mundo moderno que todo lo atribuye a la mala suerte, a las instituciones y al prójimo, que son siempre los causantes de sus males. En cambio hoy Jesús, le advierte personalmente al paralítico que acaba de curar, de que en adelante no vuelva a pecar, porque de lo contrario le ocurrirán peores cosas todavía.

La segunda lección que advertimos, en una sociedad como la Judía, religiosa, que tenía ya cierto grado de conocimiento por la ley y los profetas del bien y del mal, es su indiferencia frente a la injusticia, en el caso que nos ocupa, la de un paralítico al que durante treinta y ocho años nadie ayudo para meterlo en una piscina de aguas curativas. Jesús es el único, que pone el punto y aparte, se compadece de este hombre, lo sana y no cae en la indiferencia (en términos cristianos llamado también pecado de omisión) de pasar por delante del enfermo -de largo- como antes lo habían hecho cientos de sus mismos paisanos. Por eso deberíamos preguntarnos muy amenudo frente a las injusticias, ante las necesidades del prójimo ¿Que haría Jesús en mi lugar?
No hay que buscar justificaciones para hacer el bien, porque el bien se explica por sí mismo y es el fin para el que fuimos creados; ni siquiera el pecado social nos exime de obrar en justicia, de obrar el bien.

Y la tercera lección que aprendemos, cuando le preguntan al paralítico -ya sanado por Jesús- porqué porta su camilla en sábado, día festivo para los Judíos en el que no se permitia trabajar ni llevar cargas, como es en el caso de este evangelio, …es que la ley fue formulada para obrar el bien, nunca para omitirlo, nunca para aplastar a la persona y dejarla tirada sin darle una salida.

Oración: Buenos días Señor, ayúdame a ser siempre agradecido, ante lo bueno y lo malo, porque de tí siempre procede el bien y de nosotros la maldad. Te necesito Señor para obrar siempre en justicia, para no ser indiferente ante las necesidades ajenas, para discernir los límites entre la ley y el bien, entre la ley y la persona herida por su pecado o el ajeno que aún no te ha conocido. Ayúdame, Padre, en el nombre de tu hijo Jesús, a tener tus mismas entrañas de misericordia y saber establecer los límites entre lo que edifica para tu Reino y lo que aleja de él a mi prójimo, a tus hijos. Seguramente, y sin duda, el mejor camino para ello es vivir en gracia, no pecando, como le recomiendas al paralítico de hoy.
https://evangeliodeldia.org/SP/gospel/2022-03-29

Buenas días feliz martes, que el Señor con sus ángeles te proteja, te colme de bienes y te de su luz en el Espíritu Santo.

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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