¿Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?
Ante esta pregunta que Jesús lanza a sus discípulos, Pedro, el discípulo que luego eligiera como cabeza visible de la iglesia, le responde que Jesús es el Mesías, y en el Evangelio de Mateo (16,16), apostilla con «hijo de Dios». A continuación, Jesús pide a sus discípulos que no revelen está verdad inspirada por el E. Santo a Pedro, porque Jesús sabía cual y como sería la misión que el Padre le había encomendado llevar a cabo con su venida al mundo -rescatarnos para la Vida Eterna, por el perdón de los pecados- tarea que podía ser bastante más dificultosa realizar si el pueblo llegaba a saber que ya estaba entre ellos el Mesías anunciado siglos antes por los profetas, al cual estaban esperando. Un Mesías hecho a la medida del hombre, un rey que los liberaría de la opresión del pueblo Romano, y no tanto aquel que los liberase de las cadenas que los harían verdaderamente libres y dignos ante Dios y ante ellos mismos, la de sus pecados. Hoy Jesús tal vez nos podría lanzar la misma pregunta y nosotros también cuestionarnos que clase de Mesías buscamos, ¿un Mesías echo a mi medida? o el Mesías que se presenta a sí mismo como verdad y vida del mundo, el Mesías que da su Vida, para que tú puedas encontrar la verdadera vida, el verdadero camino de la libertad, la paz y la justicia, que exiges a otros, especialmente a los poderes públicos; en definitiva lo mismo que esperaba de Jesús aquel pueblo que siempre volvía sobre sus idolatrías, sobre sus injusticias para con los más débiles y sobre la debilidad concupiscente de su propia carne (su pecado).
Oración: Necesitamos de Ti
Necesitamos de Ti, de Ti solamente,
y de nadie mas.
Solamente Tú que nos amas,
puedes sentir por todos nosotros que sufrimos, la compasión que cada uno siente en relación consigo mismo.
Solo Tú puedes medir que grande
que inconmensurablemnte grande es la necesidad que hay de Ti en este mundo, en esta hora.
Todos necesitan de Ti, también aquellos
que no lo saben, y estos necesitan
bastante mas, que los que lo saben.
El hambriento piensa que debe buscar pan y, mientras tanto, tiene hambre de Ti.
El sediento juzga necesitar agua,
mientras siente sed de Ti.
El enfermo se ilusiona en desear
salud: su verdadero mal, sin embargo es
la ausencia de Ti.
Quien busca la belleza del mundo,
sin darse cuenta, te busca a Ti.
Que eres la belleza plena.
El que en sus pensamientos busca la verdad, sin darse cuenta te desea a Ti. Que eres la única verdad digna de ser conocida.
El que se esfuerza por conseguir la paz,
esta buscándote a Ti. Única Paz donde pueden descansar los corazones inquietos.
Ellos te llaman sin saber que te llaman,
y su grito es, misteriosamente,
mas doloroso que el nuestro.
Te necesitamos… Ven Señor.