Miércoles de la 2a semana de Cuaresma
El Evangelio del día
Evangelio según San Mateo 20,17-28.
Cuando Jesús se dispuso a subir a Jerusalén, llevó consigo sólo a los Doce, y en el camino les dijo:
«Ahora subimos a Jerusalén, donde el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas. Ellos lo condenarán a muerte
y lo entregarán a los paganos para que sea maltratado, azotado y crucificado, pero al tercer día resucitará».
Entonces la madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
«¿Qué quieres?», le preguntó Jesús. Ella le dijo: «Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda».
«No saben lo que piden», respondió Jesús. «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?». «Podemos», le respondieron.
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre».
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos.
Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad.
Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes;
y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo:
como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud».
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

Santa Faustina Kowalska (1905-1938)
religiosa

Pequeño diario (Petit journal, la Miséricorde divine dans mon âme, Parole et Dialogue, 2002)
Cuando Jesús crucificado cambia mi debilidad en fuerza poderosa
Cuando el dolor toma toda mi alma y el horizonte oscurece como la noche, y el corazón está rasgado por la gehena del suplicio, Jesús crucificado, Tú eres mi fuerza.

Cuando el alma por el dolor oscurecida,
Redobla sus esfuerzos y lucha sin respiro,
Y el corazón agoniza en amargo tormento,
Jesús crucificado, Tú eres la esperanza de mi salvación.

Así los días pasan,
Y el alma baña en un mar de amargura,
Y el corazón se funde en lágrimas,
Jesús crucificado, Tú brillas para mí como la aurora.

Y cuando el cáliz desborda de amargura,
Y que todo se conjuró en su contra,
Que el alma desciende al Jardín de los Olivos,
Jesús crucificado, en Ti tengo mi defensa.

Cuando el alma sintiendo su inocencia,
Acepte de Dios esas pruebas,
Y que el corazón por el tormento es capaz devolver amor,
Jesús crucificado, cambia mi debilidad en fuerza poderosa.

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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