Si Señor, yo te alabo, te bendigo, te doy gracias porque tu amor me sostiene y me ha sostenido siempre. Bendito seas, el que eras desde siempre, el que puso sus ojos en mi, insignificante criatura; el que tantas y tantas veces me salvó la vida; el que sudó gotas de sangre por su terror a la pasión y sin embargo siguió adelante por amor al Padre; bendito seas por darme a tu padre querido, por hacerme tu hermano en el espíritu, el mismo espíritu que nos une a todos los hombres. Gracias te doy por tu fidelidad, por la palabra que me distes en el día del peligro, por las personas que me sostuvieron cuando la muerte me tendía sus redes. Gracias te doy por el hombre, porque viendo como se entrega a ti, él es espejo donde mirarme y apoyarme, gracias gracias, gracias. Bendito seas Padre, que mis labios te alaben desde el alba hasta el ocaso, que viva y me mueva en ti, como lo hacia tu pueblo antaño, porque toda su vida giraba entorno a ti y no entorno al mundo como hacemos ahora, para luego acudir a ti en la necesidad. Empápame de tu agua de vida y de victoria; se, solo, Tú el manantial que apague mi sed. Señor quédate conmigo que sin ti valgo menos que una cucaracha, que no peca, no envidia, no recela, no juzga, no se abandona. Menos, soy, que una cucaracha que sirve a Tú propósito. Señor sáname, para que pueda sanar, sálvame para que pueda ser agente de tu salvación, dame vida para que pueda dar de tu mismo manantial, límpiame para que tu pureza en mí pueda brillar, embriágame con tu ternura para adorarte por los que no te conocen o te rechazan sin haberte conocido, bendíceme para no tropezar, dame sabiduría para dar conocimiento al que se pierde y fortaleza para hacer tu voluntad. Dame conversión para no escandalizar a ninguna de tus criaturas. Y en la noche oscura y en el día de la prueba sálvame de la mano de tu madre, de tus ángeles y de tu S. Espíritu. Amen, cantemos todos Aleluyas al Señor.
22/07/2014