El día de hoy ha sido un tanto anodino, debe ser porque estamos en fiestas en el pueblo, y por ello me he aflojado, de las tareas cotidianas, aunque no de las espirituales, porque el diablo o nuestra propia debilidad carnal, están prestos para desviarnos del amor de Dios, en cuanto quitas el pie del acelerador en tu búsqueda, continua, del Amor Supremo. Lo que suelo hacer todos los días, después de tomar el desayuno, es buscar un rato de intimidad con el Señor leyendo las Lecturas Bíblicas del día.
En ellas, el evangelio de hoy, Jesús nos ponía de relieve la diferencia entre el amor de Dios, utilizando la figura de un Rey, para con nosotros; y el amor humano. Dios dispuesto a perdonar, siempre, el pecado más innombrable de cualquiera de nosotros y el hombre, por el contrario, retorciendo el cuello de su deudor, por lo más insignificante, en ocasiones un simple desaire. Esto pasa porque vamos por el mundo mirando siempre hacia abajo, sin saber, ni querer saber, que hay en las alturas y quien ha creado ese suelo del que no queremos separar la mirada. Este reproche, al primero que va dirigido es a mí, habrá quién Dios les haya cambiado tanto, que no le afecte lo más mínimo, los desplantes o las malas acciones de otros hacia su persona, en definitiva es que tenemos el ego demasiado endiosado, porque de lo contrario nos daríamos cuenta, que en realidad no somos tan diferentes a los demás, todos estamos hechos del mismo barro; ya lo dijo Jesucristo ante la mujer sorprendida en adulterio: “El que esté libre de pecado que le arroje la primera piedra” y todos fueron abandonado el lugar, desistiendo de su propósito, desde los más ancianos, en primer lugar, hasta los más jóvenes.
Últimamente estoy un tanto perezoso, y esta mañana no he salido a andar, pero me perdono por lo de las fiestas, el hombre siempre tiene a mano una excusa ¿verdad? De cualquier manera no puedo descuidar mi propósito de hacer footing a diario, siendo bajito como soy, a poco que me descuide, con la comida y el ejercicio, puedo terminar pareciendo el doble de Obelix a tamaño peninsular.
Hoy me entregue más bien a tareas caseras, y dejé, un poco, de lado el blog al que le voy añadiendo, cada día algo nuevo. Sería deseable que le echaseis un vistazo especialmente al apartado de documentos en pdf, hay algunos libros de espiritualidad, entre ellos el “libro Encuentro” que es un manual de oraciones del Padre Ignacio Larrañaga, de una profundidad exquisita; de este mismo libro, saco unas oraciones para los ancianos de la residencia que visito por las tardes. Por cierto, cada día estoy más contento con este servicio que me he auto impuesto, ya que observo como, al entrar, me están aguardado en el espacio habilitado para los actos religiosos, y al despedirme, siempre, me preguntan si voy a ir al día siguiente. La Virgen María los proteja, son tan vulnerables…
Bueno, queridos hermanos, todos lo que me leéis, estoy muy agradecido, a ver hasta dónde nos lleva y dirige Dios en el tiempo. Tenéis una página habilitada en este, mismo, blog para contactar conmigo si lo deseáis, intentaré responderos a todos. Un abrazo en Cristo. Os dejo, ya, porque el día no dio mucho más de sí. La Virgen María, hoy día de la Asunción os proteja y bendiga a todos.