MEDITACIÓN: Aquí lo que nos anuncia el apóstol no es una verdad teórica, basada en el intelecto como enseñaban algunos filósofos de la edad antigua, ni en la intuición o la meditación qué, cierta o no, solo sirve a la persona que la experimenta, por ser unipersonal y por no tener fuerza moral para imponerse sobre otras de carácter opuesto. Aquí, por el contrario, el apóstol nos está hablando de una verdad empírica que ellos mismos han oído, han visto y han palpado, y no, solo, ellos; ya que está Verdad que es Cristo, también, la contemplaron muchos otros coetáneos suyos.
A demás S. Juan viene a revelarnos qué, no es una verdad cualquiera sino, que es, Palabra de Vida y que esta Palabra que es Jesús a diferencia de cualquier otra realidad ya existía desde siempre, es decir en la Eternidad junto al Padre. A Jesús se le conoce como Palabra de Vida, porque en El no hay contradicción entre su palabra, sus hechos y su, propio, Ser y porque, al mismo tiempo, por medio de Él fueron creadas todas las cosas; como así se nos manifiesta en el antiguo testamento por medio de los profetas, para confirmarlo después S. Juan bautista, el mismo Cristo o el Padre dando testimonio de su hijo, en el bautismo del Jordán o en la transfiguración del monte tabor, cuando dice en voz audible para los que allí se encontraban: «este es mi hijo amado, escuchadle» . Pero además es necesario tener presente que en esta Vida está la luz (el bien) que alumbra al mundo como así mismo dice S. Juan (1, 4-5) en su evangelio. ¿Quién, por consiguiente, puede dar vida y luz al mundo? solo Aquel que lo creó y que Él, mismo, es la Vida y la Luz. Para finalizar, el apóstol, nos insta a estar en comunión con los apóstoles, ahora representados en la Iglesia de Cristo, porque es la Iglesia la que vive en comunión con el Padre y el Hijo por medio del Espíritu Santo.
ORACIÓN: Señor hazme consciente de sentir la necesidad, de vivir en comunión con tu Iglesia, porque estando unido a ella, estaré unido al Padre y al Hijo, porque es en comunión, en unidad,como Tú, mismo, te manifiestas siendo un solo Dios en tres personas distintas; y, por último, hazme siempre consciente por medio de la oración y de las Sagradas Escrituras, saber distinguir -por la iluminación del Espíritu Santo- donde está la Vida y la Verdad que eres Tú, y, donde, las tinieblas y la mentira provenientes de este mundo y del Diablo.
PARA LA VIDA: Señor a partir de hoy voy a poner por obra, estar en comunión con mis hermanos y con tu Iglesia, porque es a través de ella por la que se nos comunica la salvación y la Vida Eterna que vienen de Ti. Y, de este modo, nuestro gozo será total, como, bien dice, el apóstol S. Juan en esta lectura.