Me preguntaba ayer Javi, qué, cómo detectar al diablo: No siempre es fácil, por eso se le denomina el padre de la mentira, nos va separando de Dios, en muchas ocasiones, seduciéndonos con pequeños placeres, aparentemente, sin importancia; pero que cada vez nos encadenan más y más, es como una pelota que se desliza por una pendiente, a medida que avanza se aleja más y más, de su lugar de salida, y con mayor velocidad: nosotros de Dios. Otra manera de tentarnos el Diablo y separarnos de Dios, es por medio de aquellos movimientos o personas que nos prometen la felicidad a cambio de nada, y puede ser qué, en principio, nos den algo de eso, pero a costa de anular nuestros sentidos, de hacernos como las plantas, insensibles a la alegría y al dolor propio, o al sufrimiento del hermano. Pero nosotros, los cristianos, sabemos por el evangelio que nuestra meta no es este mundo, se trata de ser lo más felices posibles, sí. Pero ¡ojo! Jesús no nos engaña, nos habla de cruz, de tribulaciones: “El que no coja su cruz y me siga no es digno de mí”; “mi yugo es llevadero y mi carga ligera”. San Pablo, también, nos habla de que sufría con alegría a causa de llevar la BUENA NOTICIA de CRISTO JESÚS, a las comunidades que evangelizaba, y de tener un aguijón (un dolor) pegado a su carne; todo, esto, sin olvidar al mismo Jesús, que siendo modelo de santidad, sufrió y se entregó por nosotros, en obediencia al Padre, y por nuestra salvación. Dicho todo lo anterior ¿cómo podemos, entonces, eludir al tentador, al diablo? Lo recogemos también en las escrituras, el modelo es el mismo Cristo:
1. Conociendo la palabra de Dios. Jesús conocía las escrituras, y de ello nos dan muestras varios pasajes del evangelio, uno de ellos es este, cuando el Diablo le tentó en el desierto: Mas él (Jesús) respondió: «Está escrito: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.»
Se está refiriendo a lo que dice el Antiguo Testamento en Deuteronomio 8; 3
2. Orando. Lo primero que hacia Jesús, antes de salir al mundo a anunciar la llegada del Reino, la Buena Noticia del evangelio a los oprimidos; era entrar en contacto con su Padre, con nuestro Padre Eterno. De ahí salía fortalecido para poder enfrentarse a los ataques de los sabios, o los que creían saberlo todo: los saduceos, los fariseos, los sacerdotes de su tiempo.
3. No distraerse con cosas del mundo que nos prometen la felicidad. En el AT se nos habla de no apartarnos a derecha ni a izquierda; Deuteronomio 5, 32: “Y cuidad de hacer tal como el SEÑOR vuestro Dios os ha mandado; no os desviéis a la derecha ni a la izquierda”. Jesús, no se apartó de su misión a pesar de ser seducido por los placeres de este mundo, no solo por el Diablo, sino, también, por el pueblo que lo buscaba para proclamarle rey: no por sus palabras y por los signos que había realizado, sino para llenar sus estómagos; cf. Juan 6, 26. ¿Nosotros buscamos a Jesús, por Él mismo, por su Palabra de Vida y Verdad, para cumplir su voluntad; o, solamente, le buscamos para que arregle nuestros problemas, a modo de jefe de mantenimiento de un colegio, una fábrica, etc?
4. Cumplir la voluntad de Dios: Jesús sabía cuál era la voluntad del Padre sobre Él, y le fue fiel hasta el final, sin evitar las piedras del camino y su muerte en cruz. Nosotros sabemos cuál es la voluntad de Cristo sobre nosotros: Juan 13, 34 “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros”. Todo esto sin abolir la ley antigua (los 10 mandamientos) y los profetas. Mateo: 5, 17-37: En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.
5. Vivir en Comunión: vivir en comunión con Cristo, frecuentando los sacramentos y profundizando en su significado, y finalmente vivir en comunión con Su Iglesia;`primero en humildad, obedeciendo a la jerarquía, y segundo cuidando la fraternidad y la caridad con los hermanos.
Hasta aquí es todo, espero poder haber aclarado la duda en lo, más, posible. Un abrazo a todo el grupo; nos vemos el miércoles Dios mediante.