Los niños son alegres, viven sin recelos, no se cierran sobre sí mismos porque creen que aún lo desconocen todo. De hay su gran capacidad para el asombro y para interiorizar lo que se les dice. No hacen interpretaciones sobre el ser o actuar de los demás porque creen en la bondad del ser humano y por lo mismo no buscan el lado negativo de los otros. Viven el presente sin agitarse ante el porvenir, no se agobian por el paso de las horas y el tiempo; para ellos el estrés no existe porque viven intensamente el presente y su cabeza queda vacía de todo lo demás (aunque terminen cansados hasta la extenuación con sus juegos, ellos no se quejan porque no viven vueltos sobre si mismos); no se detienen en las meteduras de pata, porque perciben que su padre derrocha en ellos el mismo amor que el día anterior. No tienen miedo, su padre es el mejor, el mas fuerte, el mas sabio y los sacará de cualquier apuro. Piden y lloran por lo que desean, incansablemente, a su padre porque confían que él se lo dará todo. Se echan a dormir, con toda tranquilidad y confianza, en los brazos de su padre porque allí se sienten invulnerables; ellos están seguros de que el padre no los dejará caer antes que lleguen al suelo. Si el padre lo contraria, el niño lo olvida pronto, sabe que el padre tendrá sus motivos para hacerlo. Se arriesgan: corren delante del padre y se meten por cualquier recoveco porque conocen, de antemano, que el padre no les pierde de vista. Al final del día queda tranquilo, está confiado que su padre no le abandonará nunca. Así, hermano, actúa nuestro padre Del Cielo con nosotros, aunque nosotros, a diferencia del niño pequeño, hemos dejado sus brazos para entregarnos en manos de nuestra inteligencia, nuestro dinero, nuestra ciencia, nuestros placeres y nuestros engaños. No obstante, hemos de saber que este Padre, Inteligencia, Espíritu Celestial, supera a todos los padres: Él es Eterno y no solo parece perfecto sino que lo Es; ademas tanto apuesta por tí que a dado su vida a cambio de la tuya, esperando que regreses a sus brazos para devolverte la libertad (la que tu mal vendiste) con su Palabra. Todo gratuito, Él no lleva en cuenta tus deserciones y tus entuertos; Él sólo desea regalarte su paz aquí en la tierra y su Inmortalidad más allá de tu muerte física.
Mateo 18, 2-3: Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: «Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.
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Acerca de renaceralaluz
Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida.
Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos.
Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com