Interesante el comentario de Benedicto XVI a la memoria del apóstol Andrés. La cruz que es rechazada por el mundo, es precisamente la que nos acerca a Cristo y desde la cual expandimos su misma Luz. Cuando aceptamos las consecuencias de nuestros pecados o la de los hermanos, abrazamos nuestra condición limitada y la justicia que se deriva de nuestra desobediencia. En la cruz Jesús borró nuestros pecados, pero pagó un gran precio por ello con su propia vida. Con la aceptación de nuestras cruces, fruto del propio pecado, y del ajeno, asumimos nuestros errores y apagamos la honda expansiva del de los hermanos. Esta es la única manera de parar el mal que hay en el mundo,  entonando el mea culpa, el Yo Pecador… desde un corazón sincero y, realmente, arrepentido que asume su historia con sus consecuencias: la Cruz que detiene y vence el mal. Cuando nos venga la tentación y la desolación, acordemonos de Jesús lacerado en esa cruz aceptando y asumiendo (deteniendo) en sí, la sinrazón del género humano atentando contra la vida de un inocente. Hay tantos inocentes hoy, crucificados, por los que dar la vida y no relajarse ante las tentaciones, y las contrariedades de la vida… ¡Cuantas injusticia Padre…! Cuánta víctimas de aborto, de divorcio, de abusos, de malos tratos, de falsas denuncias, de políticos que facilitan la propagación del vicio entre la juventud, llámese casas de apuestas; de medios de comunicación sin escrúpulos, manipuladores de la verdad y agentes del mal para subvertir los auténticos valores de la sociedad, etc, etc.

¡Espíritu Santo, haz que que venga pronto tu Reino de Paz, Amor y justicia, para que sean liberados todos los inocentes que seguimos crucificando cada día con nuestro egoísmo!

Busca en el calendario de la página las lecturas del día 30 de Noviembre, sábado. https://evangeliodeldia.org/SP/gospel

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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