Pongo este título -No es ciencia ficción- al comentario de la primera lectura de hoy, porque es realmente lo que pienso acerca de lo que se describe en la misma. El Reino de paz, amor, justicia y vida, que Jesús vino a traernos no es sólo para después de la muerte, en la Eternidad. Ese Reino lo tenemos ya, y no se ha hecho efectivo porque el hombre mayoritariamente, de nuevo, como en el paraíso, no ha tenido en cuenta la palabra de Dios; en nuestro caso la palabra de Jesús y su poder. ¡Ni ha tenido en cuenta su Palabra, ni las consecuencias que se derivan de la desobediencia (temor de Dios), a pesar de que tenemos el precedente de Adán y Eva; del pueblo Israelita, en su travesía por el desierto; e incluso en la primera comunidad cristiana, en el matrimonio Ananías y Safira cuando murieron, repentinamente, después de que fuese puesta al descubierto la doblez de su corazón!. En los hechos de los apóstoles descubrimos también que la profecía de Isaías se cumple (primera lectura de hoy) cuando el apóstol Pablo, después de un naufragio del que salió ileso, es mordido por una víbora sin que el efecto del veneno le causase daño alguno (lo que nos recuerda al niño de pecho retozando junto al escondrijo de la serpiente) o las sanaciones que se daban, solamente con que la sombra del apóstol Pedro pasase sobre los enfermos; de igual modo vemos, en el momento presente, por el testimonio de muchas personas, la libertad y la paz que ha traído a sus vidas el abrazar la fe en Jesucristo y vivir en obediencia: sin doblez de corazón. Pero si interesante y esperanzadora es la segunda parte de esta lectura, más incluso, para mí, es la primera, donde se nos dice que no Juzgará por las apariencias, ya lo sabemos por el encuentro de Jesús con la mujer adúltera, la samaritana, etc. ¿Qué pasaría si no juzgásemos a las personas, como Jesús, por las apariencias, por las etiquetas, o por su historia pasada? ¿o si hiciésemos justicia a los sencillos y humildes, como el mismo Jesús hizo ante la humillación del Centurión que le pedía sanidad para su criado?

Pues aquí está, ante nosotros, esta lectura tan esclarecedora de lo que nos estamos perdiendo (lo que se está perdiendo la humanidad), por rechazar de nuevo, la Palabra de Dios, Jesús, y todo aquello que vino a inaugurar, con su evangelio; con su muerte y resurrección (un Reino que nunca tendrá fin, de Amor, Paz, Vida y Justicia.

Sí, efectivamente, haríamos mucho bien: se iría materializando ese Reinado de Dios en la Tierra, de paz, vida y justicia, si no hiciésemos el vacío al humilde, al sencillo, al indefenso, mirándolo desde nuestra “altura”, o desde la cultura del descarte (aborto, eutanasia, etc) que tanto nos recuerda, ahora, el Papa Francisco. Del igual modo, pasaría con el pobre, nadie tendría que pasar necesidad, si no estuviésemos tan apegados, a los bienes que Dios pone en nuestras manos y desde los cuales un día seremos, también, juzgados.

Que Dios te bendiga hoy y siempre, un abrazo desde el corazón de hermano en Jesucristo

Lectura del libro de Isaías (11,1-10):

Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de sabiduría y entendimiento,
espíritu de consejo y fortaleza,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
ni sentenciará de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra;
pero golpeará al violento con la vara de su boca,
y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.
La justicia será ceñidor de su cintura,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero,
el leopardo se tumbará con el cabrito,
el ternero y el león pacerán juntos:
un muchacho será su pastor.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
el león como el buey, comerá paja.
El niño de pecho retozará junto al escondrijo de la serpiente,
y el recién destetado extiende la mano
hacia la madriguera del áspid.
Nadie causará daño ni estrago
por todo mi monte santo:
porque está lleno el país del conocimiento del Señor,
como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé
será elevada como enseña de los pueblos:
se volverán hacia ella las naciones
y será gloriosa su morada.

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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