Buenos días. Feliz Navidad. Dios viene al mundo para traernos una esperanza realizable. Una esperanza de amor, paz, convivencia y Eternidad. Con sólo nuestras fuerzas es imposible. Pero lo que para nosotros es imposible, Jesús nos dice que Él lo hace factible por nuestra conversión: deseo sincero y empeño de renunciar al pecado y a la vida anterior dirigida por el ego. Dios nace, camina entre nosotros y se ofrece así mismo te para hacer el camino junto a ti, un año más, hasta que alcances la Meta. No dejes pasar esta oportunidad porque puede ser la última (no sabemos el Día ni la hora y los tiempos no son los más propicios). Lo que sí sabemos, de todos los que se han convertido a Dios en Espíritu y Verdad -y han renovado sus vidas en Cristo- es que ninguno de ellos se ha arrepentido. Por tanto no tengas miedo y suelta tus apegos y esclavitudes terrenales. Haz un examen sincero, de conciencia, de todos esos apegos: a las personas, al victimismo, al dinero, a la mentira, a la comodidad, a la propia imagen, al afan de protagonismo, al vicio… etc. Como dice el cardenal Sarah: cierra todas las puertas para dejar solo abierta la puerta de Dios. Un beso en Cristo 😘. Dios te bendiga. Nos vemos pronto, por aquí o en el cielo.
¡Que vacío tan grande vivir sin Esperanza, aferrado solamente a las realidades terrenales pasajeras…!
Pd. Gran lección para los que rigen los destinos de la tierra y para nosotros mismos la que nos muestra el vídeo de la entrada.