camino iluminado por rayos de solJesús se presenta como la luz del mundo. Él es la luz porque no procede de este mundo, está en un nivel superior, el de la Eternidad, que es la Dimensión de la inmortalidad, la dimensión única y exclusiva de Dios. Estaba junto al Padre y una de las pruebas que nos da de ser la Luz que viene a iluminar a los hombres, es que no ha venido al mundo en nombre propio, es decir a representarse a si mismo, porque si así fuese, podría hacerlo buscando algún tipo de interés personal. Otro dato que nos revela para decir que es la Luz que viene a iluminar las tinieblas que cubren al hombre es, que, por proceder del Padre, por conocerlo -por experiencia propia y no de oídas- puede testificar que sus mandatos, los del Padre (no es una opción aunque a pesar de todo Dios nos ha dado libre albedrío y de ahí se deriva el que el hombre tenga que afrontar un juicio después de esta vida), son vida para el hombre, y no una vida cualquiera sino una Vida ya en la Eternidad de Dios (fuera de todo límite). Los limites los pone el hombre cuando en lugar de acoger la Luz -a Jesús que viene a mostrarnos la Voluntad y las Palabras que el Padre le ha revelado para la salvación del hombre- este permanece indiferente o contrario a estas Palabras de Vida. Algo también a resaltar de este evangelio de hoy, quizás lo más llamativo y tranquilizante, es que Jesús, no ha sido enviado, para Juzgar a nadie, no está observándonos por una mirilla, para ver donde caemos e ir anotando con una x, como en la escuela, nuestros fallos, sino muy al contrario, ha venido para salvarnos. Como dice en otra parte del evangelio (en 1 juan 2,1): Hijitos míos, os escribo estas cosas para que no pequéis. Y si alguno peca, Abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Podemos estar entonces tranquilos, de que Jesús no está ahí, señalando con el dedo nuestras faltas, nuestros fallos, nuestro pecado, no viene a hurgar en tu herida, sino a sanarla, a borrarla, a darte, en definitiva, una vida nueva, un comenzar cada día desde cero sin dedo acusador, cuando tú reconoces tus fallos ante Él y tu deseo de entrar en su voluntad, viviendo de su Palabra. Mas que nuestras faltas (el que esté libre de pecado que tire la primera piedra) lo que nos mantendrá en las tinieblas y en la oscuridad de este mundo y en la eternidad, es nuestra incredulidad o el rechazo a conocer y vivir la Palabra de Jesús, lo que es lo mismo que rechazar a Jesús, porque en Él ambas cosas se identifican, su Palabra con su Persona.

Oración: Te doy gracias Jesús, por haberme hecho experimentar en primera persona, que tu Palabra es Luz para mi caminar por este mundo, una luz que me ha alumbrado en los momentos más difíciles de mi vida por medio de tu Palabra en los Evangelios. Palabra que se convierte en el bálsamo que cicatriza mis heridas y que me pone al descubierto las trampas de este mundo y como salvarlas. Gracias Jesús, porque me has comprado con el precio de tu sangre, para que viva en la alegría y en el gozo de los redimidos, de los que andan en la luz: en tu Luz que es Vida y salvación Eterna.

Evangelio según San Juan 12,44-50.

Jesús exclamó: «El que cree en mí, en realidad no cree en mí, sino en aquel que me envió.
Y el que me ve, ve al que me envió.
Yo soy la luz, y he venido al mundo para que todo el que crea en mí no permanezca en las tinieblas.
Al que escucha mis palabras y no las cumple, yo no lo juzgo, porque no vine a juzgar al mundo, sino a salvarlo.
El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien lo juzgue: la palabra que yo he anunciado es la que lo juzgará en el último día.
Porque yo no hablé por mí mismo: el Padre que me ha enviado me ordenó lo que debía decir y anunciar;
y yo sé que su mandato es Vida eterna. Las palabras que digo, las digo como el Padre me lo ordenó».

Acerca de renaceralaluz

Decidí hace ya mucho tiempo vivir una vida coherente en razón de mis principios cristianos, lo que quiere decir que intento, en la medida que alcanzan mis fuerzas, llevar a la vida lo que el corazón me muestra como cierto: al Dios encarnado en Jesucristo con sus palabras, sus hechos y su invitación a salir de mi mismo para donarme sin medida. Adagio: El puente más difícil de cruzar es el puente que separa las palabras de los actos. Correo electrónico: 21aladinoalad@gmail.com

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